LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE ROMA DE 1960 

 LOS MEJORES JUEGOS DE LA ERA MODERNA

 

El paso de los siglos y los azares históricos hicieron posible, que fuera desde Roma,  donde el emperador Teodosio I, mandara suprimir los “Juegos de la Antigüedad” en el año 393 de nuestra Era, por considerarlos como unos juegos paganos. Tuvieron que pasar 1576 años, para que fuera posible que la capital italiana, pudiera organizar una edición de los juegos olímpicos de la actualidad.

 

La capital romana, que ya los pretendió organizar, el año 1908, pero que fueron concedidos a Londres, vio finalmente cumplidos sus deseos, de ser la anfitriona, de unos Juegos Olímpicos, después de una larga espera de más de 52 años, en los que hubo entre medio, dos cruentas guerras mundiales.

 

Estos Juegos Olímpicos de Roma de 1960, están considerado por muchos historiadores, como los mejores organizados hasta esta fecha, donde se mezclaron el pasado con el presente por sus ancestrales e históricos monumentos, donde muchos de los deportes actuales de la Era Moderna, encontraron su decorado idóneo, que difícilmente se podían encontrar en ningún otro lugar del mundo.

 

Las Termas de Caracalla, donde se disputaron las pruebas de gimnasia, la Basílica de Magencio, donde tuvieron lugar los torneos de lucha, la Vía Apia, el Coliseo y el Arco de Constantino, que contemplaron el paso y la llegada del marathón, como así mismo el Foro Itálico, donde se desarrollaron los torneos de atletismo, fútbol, natación, son imágenes imborrables, que jamás se pueden olvidar, por todos aquellos que tuvieron la suerte de ver en directo estas competiciones, entre los que se encontraba, el autor de este esquematizado documento.

 

           LOS PROLEGÓMENOS DE ESTOS INOLVIDABLES JUEGOS

                                              El Estadio Olímpico, en el día de la   Inauguración de los Juegos, con el Estadio de Mármol al lado, dentro   del entorno del Foro Itálico.

                          El Estadio Olímpico, en el día de la   Inauguración de los Juegos,

                          con el Estadio de Mármol al lado, dentro   del entorno del Foro Itálico.

 

Con la paz casi consolidada entre todos los países, la Ceremonia Inaugural tuvo efecto el día 28 de agosto de 1960, siendo presidida por el Presidente de Italia, Giovanni Gronchi, el presidente del Comité Olímpico Internacional Avery Brundage, y la asistencia expectante, de más de 100.000 espectadores.

 

El Juramento Olímpico, estuvo a cargo del mítico atleta italiano Adolfo Consolini, antiguo campeón olímpico y plusmarquista mundial, siendo el último portador de la antorcha, con el fuego encendido en Olimpia, su compatriota y atleta Giancarlo Perís.

 

La participación fue de 83 países, los cuales aportaron un total de 5.347, entre ellos 610 mujeres, siendo la inscripción más numerosa, hasta entonces, de todas las olimpiadas celebradas.

 

En contra de lo habitual, el desfile de las delegaciones, lo encabezó Grecia, con el Príncipe Constantino y la Princesa Sofía, que con 14 años de edad, formaban parte del grupo de participantes, para las pruebas de vela.

 

El Juramento Olímpico, a cargo del atleta italiano Adolfo Consolini
El Juramento Olímpico, a cargo del atleta italiano Adolfo Consolini

Como himno de los juegos, que no se hizo oficial hasta los disputados en Tokio en 1964, era una obra compuesto en su música, por el compositor griego Spiro Samaras, con letra de Costis Samaras, cuyo estreno ya se efectuó, en los Primeros Juegos de Atenas en 1896.

 

Previamente el día anterior a la inauguración, S.S. el papa Juan XXIII, recibió en audiencia, a todos los participantes, con una mención especial para Pierre de Coubertín, invitándolos a realizar sus competencias, dentro del marco de la deportividad y la amistad, lo cual era la mejor garantía para, poder preservar los valores olímpicos, que siempre tienen que persistir, por encima de la victoria o la derrota.

 

Un hecho que marcaría el rumbo del deporte en el futuro, consistió en que todos los eventos pudieron visionarse en directo por televisión, aunque solo para Europa, mientras que para los otros continentes, se realizaban al día siguiente, en versión diferida.

 

             MISCELANEAS Y CURIOSIDADES DE LOS JUEGOS

 

Aunque como queda dicho, los temas pendientes al margen del deporte de algunos países, parecían olvidados, todavía surgieron dos, que aún que leves, quiero mencionar.

 

El primero sucedió con la inscripción de la China Nacionalista, cuando los atletas de Taiwán, se vieron obligados para poder participar, llevar el nombre de Formosa, por indicación del máximo dirigente de la República China, Chian Kai Sek, que no dudo en hacer constar, que sería “bajo protesta”.

 

El otro caso corrió a cargo de Alemania Oriental, cuyo himno, lo constituyó la obra de Beethoven, “El Himno de la Alegría”, para entender de que parte de Alemania se trataba, cuando algún deportista debía subir al podium de ganadores.

 

Estos Juegos contemplaron el principio de una racha de triunfos de los gimnastas de la Unión Soviética, que ininterrumpidamente no cesaría hasta los juegos de Montreal en 1976, sobresaliendo como en los anteriores de Juegos Melbourne, los mismos Boris Shakhlin con cuatro oros y Larissa Latynina, con tres del mismo metal.

 

Un piragüista sueco Pert Fredriksson ganó en estos juegos su sexto titulo, como así mismo lo hizo,el esgrimista húngaro Aladar Gerevich, con otras tantas medallas de oro.

 

Cassius Clay en Roma-1960
Cassius Clay en Roma-1960

Un pugilista de 18 años, llamado Cassius Clay, ganó en la final de los pesos semipesados, al polaco Zbiegnirw Pietrzykowsi, tres veces campeón de Europa, el cual una vez finalizados los juegos se pasó al profesionalismo, a la vez que hacía lo propio con el islamismo, adaptando su nombre como Mohamed Alí, que a los pocos años, se convertiría en toda una leyenda, al conquistar el título mundial de los pesos pesados.

 

Este extraordinario boxeador, catalogado como el “más grande” era un acérrimo luchador contra el racismo, llegando a tirar a la basura la medalla conquistada en Roma, al negársele la entrada en un restaurante de su pueblo natal, por considerar que Estados Unidos, no merecía el honor de tener entre sus ciudadanos, a un icono  como él.

 

Así mismo, se negó a participar en la guerra contra Vietman, por lo que fue desposeído de todos sus títulos, sufriendo una sanción de dos años, al cabo de los cuales regresó a los cuadriláteros, para volver a conquistar en el primer intento, aquel título suyo.

 

Por segunda vez en la historia en los juegos, un deportista encontró la muerte, durante el curso de la competición. Se trataba del ciclista del danés Knud Enemark Jensen, al desplomarse al suelo, debido al tórrido calor que imperaba durante la prueba falleciendo más tarde en el hospital. Su entrenador confesó días más tarde, que le había ordenado tomar anfetaminas.

 

Esta fue la segunda vez, que un deportista fallece en unos Juegos Olímpicos, después del maratoniano portugués Francisco Lázaro, que en los juegos de Estocolmo de 1912 cayó, igualmente agotado al suelo, por el tremendo calor reinante en la capital muriendo cuando era trasladado al hospital.

 

Uno de los duelos más emocionantes en Roma, sucedió en la durísima prueba del decathlón, entre el americano Rafer Johnson y el chino de Taiwan C.K.Yang, ambos estudiantes y compañeros en la universidad de UCLA, que lucharon hasta la extenuación por la victoria, que no se resolvió hasta la última prueba., a favor del primero con 8392 puntos, por los 8334 del atleta de Taiwan.

 

Rafer Johnson y C.K.Yang, al final de la prueba del decathlón
Rafer Johnson y C.K.Yang, al final de la prueba del decathlón

La ventaja de Yang era muy exigua., por lo que Rafer Johnson, que ganó esta prueba con su mejor marca personal, seguido por Yang, fue suficiente para ganar el oro. Al término de esta agónica prueba, el americano cayó extenuado al suelo, a los pies de su rival, que no dudó en ayudarle a recuperarse. Hay que hacer constar que C.K.Yang, conquistó para su país, la primera medalla olímpica de su historia.

 

Un atleta que reedito su gran clase como velocista, fue el alemán Armin Hary, ganador de los 100 metros, con 10,2 estableciendo un nuevo récord olímpico, después de superar una polémica salida nula. Este atleta se caracterizaba por su explosiva salida, siempre muy discutida por los propios jueces de la prueba.

 

Otro atleta que marcó un hito en la historia del medio fondo, fue el australiano Herbet Helliot, que no solo ganó la prevista medalla de oro, sino que además batió el record mundial con la marca de 3.35,6 en pista de ceniza, en una gran demostración de su talento atlético.

 

Como dato curioso se tendría que decir, que en aquellos tiempos, estaba totalmente prohibido, el contacto verbal o físico, entre entrenador y atleta, dentro del estadio, por lo que su entrenador Percy Cerutty, desde lo alto de las gradas, le iba indicando con gestos ya estudiados, como tenía que comportarse durante la prueba, como así mismo los tiempos de paso.

 

Herbet Helliot en 1500 metros rebajando el récord mundial
Herbet Helliot en 1500 metros rebajando el récord mundial

Hay que dejar constancia, que poco después de finalizar los Juegos, se disputaron por primera vez, los Juegos Paralímpícos, en los cuales España no participo, porque aún no existía en nuestro país, una estructura, para el deporte de atletas descapatizados.

 

Finalmente señalar que el pequeño, pero emblemático Estadio de Mármol, con toda una serie de esculturas de mármol elevadas encima de las gradas, las cuales representaban a tantas disciplinas como tenían los juegos, fue construido por Benito Mussolini, entre los años de 1928 al 1938, siendo las estatuas que le dan su nombre actual, esculpidas, por escultores de todos los rincones de Italia.

 

Esta joya de la escultura italiana, esta situada al lado del majestuoso estadio olímpico, al cual se accede por un túnel subterráneo, para que los atletas puedan entrar directamente al mismo, para efectuar sus pruebas.

 

 

               EL MEJOR LANZADOR DE DISCO DE TODA LA HISTORIA

    El americano Al Oerter, el único atleta ganador de cuatro medallas de oro consecutivas, en unos Juegos Olímpicos en la misma disciplina

El americano Al Oerter, el único atleta ganador de cuatro medallas de oro

consecutivas, en unos Juegos Olímpicos en la misma disciplina

 

Un gigante de Estados Unidos el gran Al Oerter, ganó su segunda medalla en lanzamiento de disco de las cuatro consecutivas, que cosecharía en su trayectoria atlética. Después de haber conseguido el oro en Melbourne de 1956 y en estos de Roma de 1960, repetiría en los de Tokio, de 1964, donde convaleciente de una preocupante lesión, producida por un accidente de automóvil, le obligó a llevar un corsé ortopédico y un collarín, recomendándole los médicos su abstención, cosa que él no acepta, participando y ganando la medalla de oro.

 

Finalmente en los Juegos de Méjico de 1968, vuelve a la palestra y alcanza su cuarta medalla de oro, cuando estuvo cerca de ser vencido, por el alemán oriental Lothar Milde, que con 63.08 y el checo Ludik Danëk con 62.92, estaban situados por delante de todos, antes del último lanzamiento.

 

En este instante Al Oerter, jugándose la última carta para ganar su cuarto título consecutivo, se despoja de todos los artilugios que llevada adosados a su cuerpo, lanzándolos al suelo. En un último y supremo esfuerzo, arriesgando al máximo su integridad física, lanza un extraordinario lanzamiento hasta los 64.78 metros, que le da su medalla de oro, con su correspondiente plusmarca olímpica, tal como hizo en sus tres anteriores participaciones olímpicas.

 

Sin duda, ha siso el más grande todos. Su mejor marca personal la alcanzó el día 31 de mayo de 1980, ya con 43 años a cuestas, con un tiro de 69.46 metros.

 

LA GRANDEZA Y LA MISERIA DE UNA ATLETA ÚNICA

Wilma Rudoph ganando los 100 metros lisos
Wilma Rudoph ganando los 100 metros lisos

La estadounidense, Wilma Rudoph, conocida como la “Gacela Negra” ha sido la única mujer en ganar tres oros, en unos mismos juegos, al ganar los 100 metros lisos, 200 lisos y el relevo de 4 x 100, con records olímpicos y mundial. Pero el drama estaba en lo que ella dejó detrás.

 

Perteneciente a una familia, en la que ella era la vigésima, de veintidós hermanos, nació pesando poco más de solo 2 kilos, en el seno de una familia muy humilde en un guetto para negros, en la ciudad Clarksville (Tennessee), sufriendo una doble neumonía y una escarlatina., padeciendo posteriormente una poliolimitis a los tres años, que le paralizó una pierna. Le colocaron unos hierros y después de estar desde los 3 a los 5 años en una silla de ruedas, empezó a caminar, gracias a una recuperación, donde ella puso lo que no podía poner la medicina. Su voluntad para vencer i volver a andar por sí sola.

 

Esta esbelta, ágil y bella atleta, que medía 1.81 de altura, fue superando todas sus precariedades físicas, y la anécdota o el milagro vino dado, cuando un día estando en la iglesia de su pueblo, decidió quitarse todos los hierros de la pierna, empezando a andar normalmente, exclamando al verla la gente, que se había “producido un milagro”.

 

Se retiro del atletismo a los 22 años, habiendo donado sus medallas a sus padres y a sus hijos. Durante unos años jugó al baloncesto, dedicándose más tarde al baile, como así mismo al paso de modelos, dada su altura y su belleza.

 

Wilma Rudolph, con las tres medallas de oro, ganadas en los Juegos de Roma
Wilma Rudolph, con las tres medallas de oro, ganadas en los Juegos de Roma

Posteriormente un accidente de tráfico, le rompió las piernas paralizando todas sus actividades profesionales, por lo que con las secuelas y cicatrices, que le dejó este triste suceso, le llevó a la más profunda miseria, terminando por vender sus medallas.

 

En su país, pagó muy caro sus protestas por el tema racial contra los negros, siendo una de las abanderadas más admiradas, por toda la población de color, lo cual le cerró todas las puertas de acceso, a todos los ámbitos sociales y deportivos del país.

 

Wilma Rudolh, murió de un tumor cerebral en el año 1994, llevando en su féretro la bandera americana. Pero siempre se le recordara más, por su tenacidad para vencer sus deficiencias físicas, que no por sus medallas olímpicas.

 

LA APARICIÓN INESPERADA DEL MARATONIANO MÁS GRANDE

Un espigado atleta africano, procedente de Etiopía, del que apenas nada se conocía de él, cuyo nombre respondía a Abebe Bikila, dio otra de las muchas anécdotas históricas de estos juegos.

 

Abebe Bikila, delante del marroquí Rhadí, en el marathón de Roma
Abebe Bikila, delante del marroquí Rhadí, en el marathón de Roma

Esto sucedió en la prueba de los 42.192 metros del marathón, donde ante la sorpresa de todos, entre los cuales estábamos un reducido grupo de españoles, vemos como en la salida, hay un atleta convencido de correr descalzo, por los empedrados y duros caminos del Foro Itálico y sus alrededores, el cual va dejando poco a poco atrás, a todo el grupo de corredores, entre los que estaba el español Miguel Navarro, para llegar como gran vencedor a la meta, rebajando la plusmarca mundial con una marca de 2h.15,16.

 

Esta medalla olímpica ganada por Abebe Bikila, representó la primera ganada por un atleta africano, en unos Juegos Olímpicos.

 

Posteriormente, preguntado a su entrenador, el sueco Onni Niskanen, que ejercía como encargado de la preparación física de la Guardía Imperial, este respondió que el verle correr por primera vez descalzo, acaba de descubrir a un diamante en bruto, por lo que no tardó demasiado en adaptarlo a los entrenamientos modernos.

 

Pero la anécdota viene dada, al observar con sorpresa, que Abebe Bikila, iba más deprisa corriendo descalzo, que con zapatillas. Por lo cual no fue ningún capricho, verlo corriendo sin calzado, por los empedrados del Foro Itálico y los alrededores de la Vía Itálica y el Coliseum romano.

 

LA CURIOSA ANÉCDOTA HISTORICA DE ESTA PRUEBA

El marathón pasando bajo el histórico Arco de Constantino
El marathón pasando bajo el histórico Arco de Constantino

Según cuenta la historia, hace 25 años, las tropas italianas, bajo el mando de Mussolini, partieron desde el Arco de Constantino, para conquistar el país, que en aquel momento respondía al nombre de Abisinia, que con el curso tiempo y por los sucesos políticos acontecidos, actualmente responde al nombre de Etiopía.

 

Pero la historia también quiso, una vez expulsadas las tropas italianas de Abisinia, después de una década de ocupación, que fuera un solo soldado perteneciente a la Guardía Real Imperial de Etiopía, llamado Abebe Bikila, el cual sin ejercito que le acompañara, invadiera la capital romana, como gran triunfador de la marathón más recordada de todas las disputadas hasta la fecha.

 

Su entrada a la meta, instalada precisamente, en el mencionado Arco de Constantino, desde donde partieron aquellas tropas italianas, a medianoches de la década de los años de 1930, para invadir su país, es un hecho que todavía recuerda, la historia de este país africano.

 

LA PRESENCIA DE LA DELEGACION ESPAÑOLA

El equipo de España, acudió con una representación de 145 deportistas, la más numerosa de la historia hasta aquel momento, entre los cuales se encontraban trece atletas, los cuales que tuvieron una discreta actuación, muy por debajo de la esperada.

 

Los atletas seleccionados en atletismo fueron, José Luis Albarrán,Alfonso C. de Andrés, Luis Felipe Areta, Melanio Asensio, Tomás Barris, José Luis Falcón, José Fernández, Julio Gómez, José Molins, Miguel Navarro, Carlos Pérez, Miguel de la Quadra Salcedo y José Riba, siendo a priori el barcelonés Tomás Barris, el que más posibilidades tenía, de acceder a la final de los 1500 metros.

 

Pero una lesión inoportuna en su talón de Aquiles, le privó de todas sus posibilidades, siendo el peor clasificado de todo el grupo, al conseguir un tiempo de 3:56,10 y penúltimo en una de las semifinales.

 

Esta marca impropia de un atleta, que un año y pocos meses antes, había conseguido uno de los mejores registros mundiales, al marcar un crono 3:41,7 en la ciudad finlandesa de Turku, fue una decepción inesperada, precisamente en el evento más importante y esperado por él, como son los Juegos Olímpicos.

 

La mejor clasificación, correspondió al maratoniano, Miguel Navarro, que con una marca de 2h.24,17’4 entró en la decimoséptima posición, con un nuevo récord de España, seguido por otro atleta de largas distancias, como José Ribas, que en la final directa de los 50 klms. marcha, entró en decimoctava posición, con un tiempo de 4h.51,20?6

 

Todos los demás, por diferentes causas fueron eliminados a las primeras de cambio, regresando unos a España, al terminar sus pruebas y otros contraviniendo las ordenes, se quedaron por su cuenta en la capital italiana, para seguir las evoluciones del resto de competiciones, aunque algunos rebeldes como José Molins, por nada del mundo se quisieron perder la oportunidad de contemplar en directo las imágenes de los juegos.

 

La alegría del equipo español de hokey sobre hierba al conquistar la medalla de bronze
La alegría del equipo español de hokey sobre hierba al conquistar la medalla de bronze

La mejor actuación española corrió a cargo del equipo masculino de hokey sobre hierba al conquistar la medalla de bronce al vencer a Inglaterra, por 2 a 1, siendo marcados los goles, por José y Joaquin Dualde, por detrás de los países imbatibles en aquella época, como eran Pakistán y la India, que disputaron la final venciendo los primeros por el tanteo de 1 a 0. Este torneo que se disputó dentro de las instalaciones del velódromo, acaparo tota la atención de los componentes españoles, que asistieron en masa, para apoyar a este irrepetible equipo, que se codeó con los mejores conjuntos del mundo.

 

También consiguieron, diplomas olímpicos, José Panizo, sexto en lucha, y el equipo de ciclismo contrarreloj que alcanzó la octava posición.

 

Por primera vez, el baloncesto español estuvo presente en unos Juegos Olímpicos, obteniendo una discreta actuación al clasificarse en el puesto catorceavo La final fue ganada por Estados Unidos que venció a la URSS por el tanteo de 81 a 67.

                  LA LLEGADA DEL HOMBRE M ÁS RÁPIDO DEL MUNDO, EN LOS 100 METROS

                      El alemán Armin Hary en   primer lugar a la izquierda, venciendo en la prueba de los 100 metros, con un tiempo de 10,2 nueva plusmarca olímpica

                 El alemán Armin Hary en   primer lugar a la izquierda, venciendo en la prueba 

                   de los 100 metros, con un tiempo de 10,2 nueva plusmarca olímpica

 

Campeones olímpicos
100 metros lisos Armin Hary 10,2 GER
200 metros lisos Livio Berruti 20,5 ITA
400 metros lisos Otis Davis 44,9 EUA
800 metros lisos Peter Snell 1:46,3 NZL
1.500 metros lisos Herbert Helliott 3:35,6 AUS
5.000 metros lisos Murray Halberg 13:43,4 NZL
10.000 metros lisos Pjort Bolotnikov 28:32,2 RUS
3.000 obstáculos Zdislaw Krzyskowiad 8:34,2 POL
110 metros vallas Lee Calhoun 13,8 EUA
400 metros vallas Glen Davis 49,3 EUA
Marathón Abebe Bikila 2h.15:16,2 ETH
20 klm. marcha Vladimir Golubnichy 1h.34:07,2 URS
50 klm. marcha Don Thompson 4h.25:30,0 GBR
Salto de altura Robert Shavlakadze 2.16 URS
Salto de pértiga Donald Bragg 4.70 EUA
Salto de longitud Ralp Boston 8.12 EUA
Triple salto Jozef Schmidt 16.81 POL
Lanzamiento de peso Bill Nieder 19.68 EUA
Lanzamiento de disco Al Oerter 59.18 EUA
Lanzamiento martillo Vasili Rudenkov 67.10 URS
Lanzamiento jabalina Víctor Tsibulenko 84.64 URS
Decathlón Rafer Johson 8392 p. EUA
Relevos 4 x 100 GER 39,5 GER
Relevos 4 x 400 EUA 3:02,2 EUA
Campeonas olímpicas
100 metros lisos Wilma Rudolph 11,0 EUA
200 metros lisos Wilma Rudolph 24,0 EUA
800 metros lisos Lyudmila Shevtsova 2:04,3 URSS
80 metros vallas Irina Press 10,8 URSS
Salto de altura Iolanda Balas 1.85 ROM
Salto de longitud Vera Krepkina 6.37 URSS
Lanzamiento de peso Tamara Press 17.32 URSS
Lanzamiento de disco Nina Ponomaryeva 55.10 URSS
Lanzamiento jabalina Elvira Ozolina 55.98 URSS
Relevos 4 x 100 EUA 44,5 EUA

 

Fuentes de información

Archivos de la Asociación Española de Estadísticos de Atletismo   AEEA

Búsqueda por Internet

Listados de Juan María Iriondo

Archivos de la Real Federación Española de Atletismo   RFEA

Traducciones por Anna Martí.

Libros de la IAAF World Records

Documentación propia

                                                                                                                                                                             Noviembre de 2011