LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE HELSINKI DE 1952

 

LOS JUEGOS DE LA RECONCILIACIÓN

Después de la austeridad  de los Juegos de Londres, los desarrollados en la capital finlandesa, pueden considerarse  como una vuelta a la normalidad olímpica, gracias a la mejora económica experimentada en muchos países.

 

Finlandia, a la cual ya le fueron otorgados  los previstos para el año 1940, pero que la II Guerra Mundial impidió realizar, asumió  con entusiasmo estos ansiados Juegos, respondiendo con una perfecta organización, con el apoyo de todas las  instituciones del país, y del fervor de toda la ciudadanía que se volcó totalmente, para demostrar al mundo,  de lo que era capaz de organizar este pequeño país. Es un hecho evidente que estos Juegos siempre serán recordados, como un perfecto modelo de organización.

 

UNOS COMPLICADOS ANTECEDENTES

En principio la  tarea no era demasiado fácil, por varias razones. Por un  lado y en primer término, aún perduraba el recuerdo de una larga guerra, que sostuvieron durante décadas, Finlandia  y la  Rusia Imperial, la cual consideraba al país vecino, como un  ducado, en sus ansias expansionistas, exigiendo a la vez, una amplia zona del territorio finlandés, antes de  conceder la independencia, que constantemente reclamaba el pueblo de Finlandia.

 

Se dio la circunstancia, después de 40 años de ausencia  voluntaria de los Juegos Olímpicos, que la URSS, decidiese su regreso  al seno olímpico, precisamente en la capital finlandesa, que todavía recordaban los desagradables hechos  ocurridos en la capital sueca, en los Juegos de 1912.

 

Este  triste recuerdo, data de la "Ceremonia de Inauguración",  de los mencionados Juegos de Estocolmo,  donde precisamente Finlandia, fue obligada a desfilar bajo la bandera  de la Rusia Imperial, conjuntamente con la delegación rusa, lo cual  provocó un serio altercado protocolario que dio la vuelta al mundo, por la actitud desafiante de los deportistas finlandeses.

 

Aspecto del Estadio de Helsinki, el día de la Inauguración de los Juegos Olímpicos de 1952
Aspecto del Estadio de Helsinki, el día de la Inauguración de los Juegos Olímpicos de 1952

Por otro lado esto,s Juegos que se desarrollaron en pleno  periodo de la “Guerra Fría”, entre los Estados Unidos  y la URSS, a raíz  de la II Guerra Mundial, dividió al mundo en dos partes bélicas y ideológicas, con las consecuencias  de todos conocidas. Pero la llamada de los Juegos de Helsinki, era la ideal para  limar las asperezas que todavía existían, entre el país americano y el ruso. Un dato que corrobora este acercamiento,  sucedió en 1951, cuando la URSS, decidió por primera vez, crear el Comité  Olímpico Soviético.

 

 

LA DECISIÓN DE CONCEDER LOS JUEGOS A HELSINKI

 

Fue en la 40º Sesión del Comité oOímpico, celebrada en Estocolmo  el 21 de junio de 1947, cuando se decidió unánimemente, que Helsinki, sería la sede  de estos esperados Juegos, considerados también, como los Juegos de la Paz, donde el espíritu  olímpico, superó las diferencias ideológicas que existían entre varios países.

 

Encendido de la antorcha en el Valle Sagrado de Olimpia
Encendido de la antorcha en el Valle Sagrado de Olimpia

La  "Ceremonia de Inauguración" tuvo lugar en el majestuosos estadio de Helsinki,  el día 19 de junio de 1952, con la presencia del Presidente de Finlandia, Juho Kusti  Paasikivi, y de los 70.000 espectadores, que ocuparon totalmente el aforo del estadio.

 

El  Juramento Olímpico lo efectuó el gimnasta finlandés Heikki  Savolainen. El oficial de los Juegos, no se efectuaría, hasta  los de Munich de 1972.

 

Los organizadores finlandeses quisieron ofrecer al mundo,  el mejor espectáculo posible, ofreciendo una sencilla,  pero muy emotiva ceremonia, cuyo plato fuerte, consistía en una carta guarda en la manga, que sorpresivamente,  y en el  momento oportuno, pusieron a la vista de todos los asistentes del estadio. Contemplar al personaje  que hacía su entrada  a la pista, portando la antorcha olímpica, fue el delirio total, en su  más pura  esencia.

 

UNO DE LOS  MOMENTOS  MÁS EMOTIVOS DE LOS JUEGOS

 

Este hecho sucedió, una vez efectuado el desfile de las delegaciones de 68 países, con sus componentes alineados perfectamente en el centro del estadio, los cuales totalizaban unos  4.955 deportistas, entre ellos 519 mujeres.

 

El mítico Paavo Nurmi, entrando en el estadio con la antorcha olímpica
El mítico Paavo Nurmi, entrando en el estadio con la antorcha olímpica

Todos ellos  fueron testigos privilegiados de primera línea, cuando al escuchar la ovación más estruendosa, que jamás se  dio en este estadio, contemplaron emocionados la entrada al mismo, del atleta más grande de la historia olímpica, cuyo nombre fue vitoreado por todos los espectadores puestos en pie, provocando el éxtasis total de admiración  y fervor al  más grande de todos.

 

Este atleta no podía ser otro que Paavo Nurmi, que a sus  55 años de edad, realizada el último relevo, como portador de la llama olímpica, que encendida en las ruinas  de Olimpia, fue mezclada posteriormente con otra, encendida con el sol de medianoche, del  norte de Finlandia. Este hecho fue interpretado, como el símbolo de la unión, entre  los países  del norte y del sur bajo el espirito olímpico.

 

Este  gran campeón, que  llegó a sumar durante la década de los años de 1920, la cantidad 12 medallas olímpicas,  nueve de las cuales fueron de oro y otras tres de plata, detentó así mismo, varias plusmarquista olímpicas  y mundiales, entre las distancias de los 1500 metros y los 20 kilómetros.

 

Si  en estos Juegos hubo un triunfador, este sin duda, fue  Paavo Nurmi, cuyas gestas hasta el día de hoy, todavía nadie a podido igualar Este acto sin  duda, fue el broche de oro y el homenaje más emotivo que nadie podía imaginar, al más grande de todos los  tiempos.

 

LA PUESTA  A PUNTO DE LAS INSTALACIONES

Paavo Nurmi encendiendo pebetero olímpico
Paavo Nurmi encendiendo pebetero olímpico

Uno de los hechos que marcaron el curso de esta olimpiada, fue el retorno  a la misma de Japón y Alemania, excluidas en los anteriores de Londres,  por actitudes derivadas de la II Guerra Mundial.

 

Estos  Juegos a diferencia de los realizados en Londres, y con una economía más saneada,  se pudieron construir algunas  instalaciones, como la piscina olímpica, con una capacidad de 11.000 espectadores,  situada en los aledaños del estadio. Así mismo se edificó en Kappy a pocos kilómetros  del estadio, una villa olímpica con una capacidad para 6.000 deportistas.

 

No  obstante los atletas de los países del Este de Europa, prefirieron  alojarse un poco más alejados, escogiendo la localidad de Ottianhemi, para estar más tranquilos  y relajados, sin el ajetreo que siempre comporta una villa olímpica, aunque los motivos, evidentemente,  fueron otros muy diferentes.

 

Otro hecho digno de explicar,  fue la remodelación del majestuoso estadio, edificado en entre los años de 1934 y 1937, el mayor de Finlandia,  donde los arquitectos Yrjö Lindegren y Torvo Jäntti, edificaron  adosado al mismo, una torre de 71.72 metros de altura. Esta altitud, se corresponde con la plusmarca  mundial de jabalina, que tenía en aquel momento, el finlandés Matti Jarvinen, con un  mirador en su cúpula, para poder contemplar, la panorámica más espectacular y bella de la capital.

 

Igualmente  con motivo de este acontecimiento atlético, se implantó  en la entrada al estadio, una escultura en bronce de Paavo Nurmi, esculpida por Wäino  Aaltonen, que, nadie que visita esta magnífica instalación, deja de contemplar y fotografiarse  junto a la misma.

 

Sobre este estadio, se tiene que conocer, que durante la década de 1990, se efectuó otra remodelación, para equipararlo a los más modernos recintos del mundo, reduciendo su capacidad de 70 a 40.000 espectadores, con unas dependencias actualizadas, acorde con las que se correspondían, en este final de siglo.

 

LOS  HECHOS QUE MARCARON  LOS JUEGOS

Hay que señalar que por primera vez, tras la revolución bolchevique de 1917,  estos Juegos acogieron por primera vez, la presencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas,  (URSS) dado que en los Juegos de Estocolmo de 1928, aún mantenía su denominación,  como delegación de Rusia.

 

Otra de  las notas que llamaron la atención, fue la presencia de Alemania, con dos delegaciones. Una  era de la zona Oeste, mientras la otra era del Este, hechos considerados,  como una parte invisible de la guerra fría, entre oriente y occidente.

 

El reverendo Bob Richads Medalla  de Oro
El reverendo Bob Richads Medalla  de Oro

Estas  decisiones, fueron dejando un halo de misterio, que fue suavizándose  durante el curso de las competiciones, como lo prueba el gesto de atletas de la URSS, llevando  en hombros, al vencedor de la prueba de pértiga, el reverendo pastor americano Bob Richards, después  de rebajar la marca mundial de la especialidad.

 

Si  bien Estados Unidos cosechó, el primer lugar del medallero, con 76 medallas, no  es menos cierto que URSS, estuvo muy cerca de ellos con una cosecha de 71 medallas, consiguiente  además un hito histórico, al vencer en todas las disciplina de gimnasia por equipos, racha que duró hasta  el año 1991, cuando se disolvió la Unión Soviética, para recuperar su antiguo y actual  nombre de Rusia.

 

También puede considerarse como un hecho digno de recordar, que por primera  vez Estados Unidos y la URSS, se enfrentaron en la final de un torneo olímpico  de baloncesto, con una justa victoria de los americanos por 36 a 25 en un partido muy igualado y sin  ningún tipo de accidentes.

 

Queda muy claro que el espirito  olímpico, supero y desmitificó muchas asperezas ideológicas, propias de la época.

 

LOS DOS GRANDES  PROTAGONISTAS  DEPORTIVOS

Emil Zatopek, seguido del francés Mimoun y del alemán Schade, en los 10..000 metros
Emil Zatopek, seguido del francés Mimoun y del alemán Schade, en los 10..000 metros

Como suele suceder en todos los eventos olímpicos, estos siempre dejan una  estela de grandes actuaciones deportivas, que con el paso del tiempo, suelen convertirse en inolvidables referentes,  aunque hoy desgraciadamente en la mayoría de los casos, pasan inadvertidos, por el concepto que actualmente  se tiene de nuestro deporte.

 

Este es uno de los  motivos, que más me activan para hablar de lo que sucedió, antes de nosotros y en homenaje a un deporte  limpio y sin manchas, del cual muchos de estos participantes presentes en los Juegos de Helsinki  y  otros anteriores, tienen que ser  recordados y admirados, por todas las nuevas generaciones de atletas.

 

Es difícil empezar esta cronología  de actuaciones relevantes, pero sin duda, una de las que marcó un hito en estos Juegos, fue indiscutiblemente,  el checoslovaco Emil Zatopek, conocido con el sobrenombre de “la locomotora humana” que ya en los anteriores Juegos Londres, dejó la impronta de su gran calidad.,  al ganar el oro y la plata en las pruebas de fondo en pista.

 

Este  extraordinario atleta, aparte de sus éxitos ya señalados, dejó un referente en  Helsinki,  cuna de los mejores fondistas mundiales de la época, al desmitificar la creencia, de que ganar en una  misma olimpiada, las tres pruebas de fondo, era una gesta imposible, de realizar por el esfuerzo que esto  suponía para el atleta.

 

El hecho en concreto, es que el  gran Emil Zatopek, corrió y ganó las pruebas de 5000 y 10000 metros en la pista del estadio,  para realizar lo mismo en la prueba del marathón, por las calles asfaltadas de la ciudad, alcanzando además,  de su tercera medalla de oro,  una nueva plusmarca mundial en esta histórica prueba, al cubrir los 42.192  metros, con un tiempo de 2h.23:03,2. Una histórica hazaña, que todavía hoy se recuerda y que nadie hasta nuestros  días, a podido igualar.

 

El beso más emotivo y deportivo, entre Emil Zatopek y su futura esposa Dana Zapopkova, ambos medalla de oro
El beso más emotivo y deportivo, entre Emil Zatopek y su futura esposa Dana Zapopkova, ambos medalla de oro

Otra medalla, iría a engrosar su colección, sería la alcanzada por su futura  esposa  Dana Zapopkova, cuando se coronó, en estos mismos Juegos, como campeona olímpica,  en el lanzamiento de jabalina con 50.47 metros.

 

El otro  gran mito de los Juegos fue el francés Jean Boiteux, que culminó con su triunfo en los 400  metros libres, el éxito total de la natación, donde en casi todas las pruebas, se batieron sus marcas incluso  en alguna de ellas varias veces.

 

Pero el gran triunfador, como queda señalado, fue sin duda el mencionado  Jean Boiteux, ganador de los 400 metros libres, con el tiempo de 4:30,7 rebajando los topes  olímpicos y mundiales. Pero todo tiene su historia.

 

Y  esta viene dada, cuando se conoció que su padre Gastón, uno de los más acreditados  nadadores franceses en pruebas de gran fondo, que ejercía como entrenador de su hijo, hizo construir  en el jardín de su casa de campo, una piscina de 25 metros de longitud,  con tres calles. Por un lado el agua servía para regar sus plantaciones, y por el otro, para  que su hijo Jean intensificara sus entrenamientos, casi secretamente, con el objetivo de  ganar el oro en Helsinki.

 

 LA FOTO QUE DIO LA VUELTA AL MUNDO

         La emotiva foto del nadador francés Jean Boiteux, ganador de los 400 metros libres, sacando del agua a su padre, que se lanzó a la piscina, vestido  de calle y su inseparable boina,  para abrazar a su hijo       

La emotiva foto del nadador francés Jean Boiteux, ganador de los 400 metros libres, sacando del agua a su padre, que se lanzó a la piscina, vestido  de calle y su inseparable boina,  para abrazar a su hijo

La imagen de su victoria, provocó en su padre una alegría tan intensa, que  tiempo le faltó para saltar al agua, vestido de calle y la típica boina francesa puesta, para abrazar a su  hijo. Esta fotografía con los dos abrazados con el agua al cuello, dio la vuelta al mundo y actualmente, puede  encontrarse en las hemerotecas de todos los periódicos deportivos del mundo.

 

El  júbilo en Francia, fue indescriptible. Fue distinguido con todos  los honores, incluso recibido por el Presidente de la República, Vicent Auriol, pero lo mejor  para él, fue el abrazo de su padre. Tuvieron que pasar  más de 52 años, para que otro francés lograra el máximo galardón en una prueba de natación. Esto ocurrió en  Atenas cuando la controvertida nadadora Laure Manaudou, alcanzó el oro en  los 400 metros estilos.

 

OTRAS MISCELANEAS OLIMPICAS PARA RECORDAR

 

Lis Hartel, secándose las lágrimas en el en el podium de ganadores
Lis Hartel, secándose las lágrimas en el en el podium de ganadores

Una de las actuaciones que dejaron su huella para siempre, sucedió en la  prueba de hípica, donde por primera vez, las mujeres fueron autorizadas a competir con los hombres.

 

Se trata de la amazona Lis Hartel, que representando  a Dinamarca, ganó la plata en la prueba de doma, pese a tener paralizadas sus rodilla,  a causa de una poliomilitis, que sufrió ocho años antes, afectando su movilidad de rodillas para abajo. Se  tiene que decir que Lis Hartel tenia  que ser asistida, cada vez que debía de montar en el  caballo.

 

Se tiene que mencionar que por primera vez en  una prueba hípica, un participante no militar, ganó una medalla de oro. Se trata de un carpintero sueco Lars  Hall, al ganar el Penthatlón Moderno.

 

Otro dato curioso y digno  de conocerse, se refiere al americano Hill Havens, que en los Juegos de 1924 en  París, pese a ser seleccionado, renunció a participar para estar al lado de su esposa, que cuando  estaba a punto de dar luz a su primer hijo. Este niño Frank Havens, alcanzó 28 años más tarde  en Helsinki, aquel galardón que su progenitor aspiraba a ganar en la capital francesa, al  imponerse en la prueba de canotaje individual.

 

La soviètica María Gorokhoskaya, indiscutible reina de l’especialitat de gimnàstica
La soviètica María Gorokhoskaya, indiscutible reina de l’especialitat de gimnàstica

Como queda  apuntado anteriormente la Unión Soviética, acaparó, la casi totalidad de las medallas, destacando  por encima de todas, María Gorokhovskaya, con dos medallas de oro y cinco de plata,  un botín que ninguna mujer, aún no a podido superar en unos Juegos.

 

Otro  dato a recordar, sería señalar al primer atleta de la URSS, en ganar una  medalla en una olimpiada, honor que correspondió a A. Anufriyev, al conseguir el tercer lugar  en los 10.000 metros lisos, detrás de Emil Zatopek y del francés Alain Mimoun  con una marca de 29:48,2 . En los mismos Juegos, igualmente otros compatriotas suyos, alcanzaron medallas,  pero el honor de ser el primero de todos, nadie se lo puede negar.

 

Otro  gran ejemplo, digno de admirar por su constancia y por su convencimiento  en recuperarse, después de superar una grave enfermedad, fue atleta americano Walter Davis,  ganador del salto de altura con 2.04 metros, que a la edad de 9 años, sufrió una poliolimitis, que le  mantuvo, otros 3 años inmovilizado.

 

Pero su obstinación  para volver a ser lo que él y todos deseaban, fue total, con un lento y minucioso trabajo de recuperación,  que le devolvió la movilidad a todo su cuerpo, lo cual le permitió pocos años después alcanzar, la gloria olímpica  en estos Juegos de Helsinki, al conseguir la medalla de oro. Posteriormente,  un año más tarde en Dayton-Ohio, alcanzaría la plusmarca mundial, con un salto de  2.12 metros, el día 27 de junio de 1953, con el estilo del “rodillo ventral”.

                                            Walter Davis, rebasando el listón situado a 2.04 m. nueva plusmarca mundial, con el estilo del “rodillo ventral”

                                Walter Davis, rebasando el listón situado a 2.04 m. nueva plusmarca mundial,

                                     con el estilo del “rodillo ventral”

Este gran ejemplo de recuperación, lo consolidó integrándose posteriormente  al baloncesto, en la NBA enrolado en el equipo de los Warrios de Filadelfia,  con el cual alcanzó en el  año 1955-1956 el prestigioso anillo de campeón, venciendo en  Fort Wayne a los Pistons, por 55 a 56.

 

El brasileño Adhemar Ferreira Da Silva, el mejor triplista, sudamericano de la historia
El brasileño Adhemar Ferreira Da Silva, el mejor triplista, sudamericano de la historia

Una  gesta a recordar, la constituyó el saltador brasileño de triple salto Adhemar Ferreira  Da Silva, ganador de la medalla de oro, que mejorando por tres veces consecutivas el tope mundial, lo dejó  definitivamente, en la magistral marca de 16.22 metros.

 

Una  promesa consolidada en estos Juegos, fue el decathloniano americano Bob Mathias,  ganador en los Juegos de Londres, que volvió a ganar el oro, con una puntuación de 7887, superando su anterior  plusmarca mundial.

 

 

UNA POLÉMICA REPRESENTACIÓN ESPAÑOLA

Nuestro país estuvo representado por 27 deportistas participando en 7 disciplinas,  pero sin la presencia, del deporte más básico por excelencia, en unos Juegos Olímpicos  como  suele ser el atletismo.

 

Angel León, medalla de plata a 50 metros, en tiro libre de pistola a precisión
Angel León, medalla de plata a 50 metros, en tiro libre de pistola a precisión

La mejor actuación,  correspondió al tirador de pistola Angel Léon Gozalo, que ganó una meritoria medalla de plata,  en tiro de pistola de precisión libre a 50 metros, con una puntuación de 550 puntos. Este gran tirador español,  nacido en el pequeño pueblo de Villalón de Campos, de la provincia de Valladolid,  participó en varios campeonatos mundiales, alcanzando en el disputado en Buenos Aires  el año 1949, la medalla  de bronce, en su especialidad preferida de tiro a 50 metros. Este gran tirador  español, compaginada su trabajo como profesor de tiro de pistola, del cuerpo nacional de policía, con  sus prácticas habituales de entrenamiento.

 

Así mismo estos  Juegos serán recordados en nuestro país, por el debut olímpico de un joven  gimnasta barcelonés de 19 años  de edad, Joaquin Blume, que tuvo una discreta actuación clasificándose en el  puesto  52,  pero recogiendo una experiencia, que pocos años más tarde, le convertiría  en uno de los mejores especialistas  mundiales.

 

El inolvidable Joaquin Blume, en 1957
El inolvidable Joaquin Blume, en 1957

En los Campeonatos de Europa celebrados  en París en 1957 se proclamó campeón continental individual, ganando en cuatro  concursos, paralelas, caballo, barra fija y anillas. Pero desgraciadamente un accidente de aviación en los  montes de Cuenca cercenó, toda  su impresionante trayectoria, falleciendo junto con su esposa  y otros compañeros, en el año de 1959.al estrellarse el avión en que viajaba.

 

Su muerte prematura, le privó de una de sus mayores ilusionar, ganar el oro  en los Juegos de Roma de 1960, dado que en los de Melbourne de 1956, por  los motivos políticos de la época, España junto con Holanda, no estuvo presente, como protesta de la invasión rusa a Hungría. Pero la  paradoja viene dada, cuando  Hungría, el país invadido, si estuvo presente en estos Juegos.

 

En  waterpolo, nuestros representantes, después de pasar una de las  fases previas, con una victoria, accedió a la final, obteniendo el octavo y último lugar.

 

La  gran decepción que sufrió la delegación española, correspondió a los nadadores  canarios Manuel Guerra, Antonio Quevedo y Jesús Domínguez,  que después de ser seleccionados y con la maletas preparadas, recibieron un aviso de la Federación  Española, comunicándoles que no podían viajar por falta de recursos económicos.

 

Si  querían viajar, se tenían que costear los gastos de su  desplazamiento,  cosa que consiguieron gracias a Bruno Naranjo, un exportador de tomates que les pagó  el viaje.

 

Una vez en la capital finlandesa, fueron recibidos  de mala formas, por los responsables del equipo español, que nos los dejaron participar.

 

Pese  a no poder participar, sí pudieron contemplar los Juegos desde las  gradas, gracias a la gentileza  de la delegación argentina, que les acogió con cordialidad, ofreciéndoles  alojamiento y comida.

 

Estuvieron como espectadores, pero  no pudieron participar. Sin duda eran otros tiempos.... Hay que señalar que estos nadadores canarios, eran  los mejores de España y su participación estaba abierta, a cualquier agradable sorpresa.

 

Campeones  olímpicos

100 metros lisos

Lindy Remigino

10,4

EUA

200 metros lisos

Andrew Stanfield

20,7

EUA

400 metros lisos

George Rhoden

45,9

JAM

800 metros lisos

Malvin Whitfield

1:49,2

EUA

1.500 metros lisos

Josy Barthel

3:45,1

LUX

5.000 metros lisos

Emil Zátopek

14:06,6

TCH

10.000 metros lisos

Emil Zátopek

29:17,0

TCH

110 metros vallas

Harrison Dillar

13,7

EUA

400 metros vallas

Charles Moore

50,8

EUA

3.000 obstáculos

Horace Ashenfelter

8:45,4

EUA

Marathón

Emil Zápotek

2h.23:03,2

TCH

10 klm. marcha

John Mikaelsson

45:02,8

SWE

50 klm. marcha

Giuseppe Dordoni

4h.28:07,8

ITA

Salto de altura

Walter Davis

2.04

EUA

Salto de pértiga

Bob Richards

4.55

EUA

Salto de longitud

Jerome Biffle

7.57

EUA

Triple salto

Adhemar Ferreira da Silva

16.22

BRA

Lanzamiento de peos

Parry O’Brien

17.41

EUA

Lanzamiento de disco

Sim Iness

55.03

EUA

Lanzamiento  martillo

Jozsef Csermak

60.34

HUN

Lanzamiento jabalina

Cyros Young

73.78

EUA

Decathlón

             Bob  Mathias

7887 p.

EUA

Relevos 4 x 100

EUA

40,1

EUA

Relevos  4 x 400

Jamaica

3:,03,9

JAM

Campeonas olímpicas

100 metros lisos

Marjorie Jackson

11,5

AUS

200 metros lisos

Marjorie Jackson

23,7

AUS

80 metros vallas

Shirley Strickland

10,9

AUS

Salto de altura

Esther Brand

1.67

RSA

Salto de longitud

Ivette Williams

6.24

NZL

Lanzamiento de peso

Galina Zybina

15.21

URS

Lanzamiento de disco

Nina Romashrova

51.42

URS

Lanzamiento  jabalina

Dana Zapopkova

50.47

TCH

Relevos 4 x 100

EUA

45,9

EUA

 

LA MEDALLA  PARA LOS  GANADORES OLÍMPICOS

 

 

Fuentes de información: 

Libros de la Asociación Española de Estadísticos de Atletismo  AEEA

Archivos de la Real Federación Española de Atletismo  REFA

Documentación propia

Traducciones por Anna Martí

Archivos  de la Internacional Athletic Foundation   IAAF

Búsqueda por Internet

 

Septiembre de 2011