LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE MELBOURNE DE 1956

 

            LOS ANTECENDES MÁS RECIENTES

 

Por primera vez en la historia, los “Juegos de Melbourne de 1956”  se disputaron en el Hemisferio Meridional, teniéndose que esperar hasta el verano  austral, ya que en algunos países todavía era invierno, con lo cual se tenían que modificar los calendarios  de competiciones. Esto motivó, que desde las últimas olimpiadas celebradas en Los Angeles en 1932,  la participación de países fuera de las más bajas.Por otra parte, los altos costes de desplazamiento  para muchos países, era otro de los problemas añadidos.

 

Australia,  que desde el año 1908, ya pretendía asumir la organización de unos Juegos  Olímpicos, pudo por fin, ver cumplidos sus sueños, al vencer por un solo punto de diferencia a  la ciudad de Buenos Aires, que entre otras ciudades del continente americano, también pretendían  organizar este evento olímpico.

 

Por primera vez en  un mismo año, se celebraron dos Juegos Olímpicos de Verano”, dado que la hípica, por culpa  de las rígidas leyes australianas, que impedían por los motivos de la  cuarentena, que los caballos pudieran  acceder a la capital australiana. Esta competición, tuvo que celebrarse anticipadamente, en Estocolmo,  desde el 11 al 17 de junio de 1956.

 

El comienzo  de los Juegos en el mes de noviembre, era una fecha no asequible, como queda dicho, para muchos países  del norte, que normalmente ya habían concluido casi todas sus competiciones. Esto conllevaba  el tener  que recomponer sus calendarios de actividades, para enfocarlos exclusivamente a unos juegos, que  a priori estaban considerados, como los Juegos de la Amistad, después de los sucesos políticos  sucedidos en el mundo, pero que inesperadamente, volvieron a aflorar en estos de Melbourne.

 

 

CUANDO LA POLÍTICA  INTERVIENE EN EL DEPORTE

El estadio de Melbourne Cricket Ground, el día de la Inauguración de los juegos
El estadio de Melbourne Cricket Ground, el día de la Inauguración de los juegos

Desde un  principio, se esperaba un reencuentro de unidad y concordia, entre  todos los países del mundo, cuando ya se daban por solucionados todos los problemas políticos acaecidos,  antes y después de los juegos de Berlin y Londres, que dañaron seriamente  todos los valores olímpicos. Pero existía la esperanza que el cambio de escenario a un hemisferio inédito en una  olimpiada, ayudaría a buscar la reconciliación de todo el entorno deportivo mundial.

 

El  gran éxito de la llamada de Helsinki de 1952, dio motivos  para creer, que estas discrepancias que ya parecían superadas, tendrían en estos Juegos disputados en nuestras  Antípodas, el final feliz deseado. Pero no fue así.

 

La  realidad fue muy diferente. Nuevamente volvieron a resucitar, aquellos recelos y aquellos  odios que parecían olvidados, Muchos países al principio, amenazaron con un boicot a los Juegos, como protesta  por la sangrienta invasión de las  fuerzas armadas de la  URSS, a Hungria  con  la intención de implantar su política comunista, en un  país que rechazaba totalmente esta intromisión.  Pero finalmente todo quedó reducido a la ausencia de Holanda, Suiza y España. No así  Hungría que si decidió participar.

 

Por  otro lado también estaba presente, el litigio de los países árabes, contra Francia Inglaterra, por el dominio y propiedad del Canal de Suez., lo cual  provocó la ausencia de Egipto, Líbano e Irak.

 

Un joven Ronald Clarke, encendiendo el pebetero de los Juegos Melbourne de 1956
Un joven Ronald Clarke, encendiendo el pebetero de los Juegos Melbourne de 1956

Pero  aún había más. La República Popular de China, abandonó la "Villa  Olímpica", como así mismo, su retirada de los juegos, como protesta por la presencia en los mismos, de la  otra República China, con el nombre de Taiwan.

 

Pero  si todo esto aún fuera poco, Alemania se presento esta vez,  con un solo equipo conformado, con deportistas del Este y el Oeste del paísbajo una sola y unificada bandera, y como himno, una sinfonía de Beethoven.  Era  otra forma de hacer política, utilizando el deporte.

 

LA CEREMONIA DE APERTURA

 

Esta tuvo efecto el día 8 de noviembre de 1956, en el Melbourne Cricket  Ground, una vez acondicionado, bajo la presidencia, del Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo,  con la asistencia de más de 100.000 espectadores, que acogieron con una estruendosa ovación,  este sueño tan deseado desde principios de siglo, cuando vieron aparecer por la puerta del estadio, a una  joven promesa del atletismo australiano, llamado Ronald Clark, portando la llama olímpica.

 

La participación fue de 3.184 hombres y 376 mujeres, que  representando a 67 países, escucharon emocionados, el Juramento Olímpico, que pronunció el  ídolo local John Landy, plusmarquista mundial de los 1.500 metros, en nombre de todos los  participantes.

 

Por primera vez el equipo de l’URSS  con 98 medallas, ganó a los Estados Unidos, que alcanzó en los 17 deportes programados,  una total de 74 medallas.

 

         ACTUACIONES DESTACADAS, ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES

“La chica dorada” Betty Cuthbert, doble ganadora del oro, en 100 y 200 metros
“La chica dorada” Betty Cuthbert, doble ganadora del oro, en 100 y 200 metros

Si tenemos que enumerar los nombres que brillaron en estos Juegos, es difícil  por donde empezar, pero sin duda se tiene que nombrar a las australianas, Betty Cuthbert que  con 18 años de edad, ganó tres medallas de oro, en las pruebas de 100 metros lisos, 200 metros lisos  y relevos 4 x 100 metros. Esta hazaña le valió, para ser conocida  posteriormente como la “Chica Dorada”.

 

La otra heroína fue su compatriota Dawn  Fraser que en natación alcanzo otras tres medallas en 100 y 200 metros libres y la de plata en  los 400 metros libres. Se tiene que mencionar que por segunda vez, todas las competiciones de natación se desarrollaron  en piscina cubierta.

 

En estos Juegos también hizo su aparición el amor, con el romance entre el  lanzador de martillo norte americano Harold Connolly y la también lanzadora de disco la checoslovaca  Olga Fikotova, que contrajeron enlace matrimonial, una vez finalizados los Juegos.  Olga que se nacionalizó norteamericana, defendió a su nuevo país, en Los Juegos  Olímpicos de Roma de 1960.

 

Melbourne,  también propició la consagración de un gran fondista ruso, posiblemente el más grande de todos los tiempos  de la Unión Soviética, el ucraniano Vladimir Kuts. Este atleta que  era oficial del ejército, fue el claro ganador de los 10.000 metros lisos, estableciendo una nueva  plusmarca  mundial con una marca de 28:30,4, además de ganar los 5.000 metros lisos, ante los más famosos atletas mundiales,  entre los cuales estaba el recordman mundial de esta distancia, el inglés Gordon Pirie.

 

La australiana Shirley Strickland, en 80 metros vallas, en los Juegos de Melbourne
La australiana Shirley Strickland, en 80 metros vallas, en los Juegos de Melbourne

Una de las atletas más grandes de todos los tiempos,  la australiana Shirley Strickland, revalidó en estos juegos, la medalla de oro que ya había  alcanzado en Helsinki, la cual tiene un impresionante historial con siete medallas olímpicas.  Esta gran especialista de 80 metros vallas, pruebas de velocidad y saltos, logro el oro en estos juegos, a la edad de 31 años, siendo madre de familia. Verdaderamente era una auténtico ídolo en Australia.

 

Pero también en Melbourne,  se consagraron otros atletas de países occidentales, como el velocista norteamericano,  Bobby Morrow, conocido con el sobrenombre de la “Flecha Blanca” ganador  de tres medallas de oro, en 100, 200 y relevos de 4 x 100 metros lisos.

 

Otro  éxito para Hungría, lo proporcionó la gimnasta Agnes Keleti,  que ganó 4 medallas de oro y 2 de plata, seguida de la soviética Larissa Latynina con  4 de oro y 1 de plata. Sin salirnos de la gimnasia, hay que mencionar el nombre del ruso Boris Shakhlin,  que ganó 13 medallas. 7 fueron de oro, 4 de plata  y 2 de bronce.

 

            DOS GRANDES HEROINAS DE LA GIMNASIA OLÍMPICA

                            La soviética Larissa Latynina ganadora de cinco medallas       
 
La húngara Agnes Keleti ganadora de seis medallas 

                           La soviética Larissa Latynina  ganadora                             de cinco medallas

 La húngara Agnes Keleti ganadora

  de seis medallas

 

LA APARICIÓN DE UN GRAN BOXEADOR HUNGARO

El boxeador húngaro Lazlo Papp, sentó un referente aún no  igualado por ningún otro púgil, alcanzando por tres veces consecutivas la medalla de oro, en los Juegos de  1948, 1952 y 1956, para pasar al profesionalismo en 1957, donde alcanzó fama mundial, al proclamarse Campeón  de Europa del peso medio, titulo que defendió con éxito en siete ocasiones. El boxeo profesional  estaba prohibido en la Europa del Este, pero por los méritos contraídos, Lazlo  Papp fue autorizado para pasar al boxeo profesional, siendo el único en conseguirlo, en  este sector  de la Europa Oriental.

 

UN LAMENTABLE ESPECTÁCULO EN WATERPOLO

Los azares del sorteo en la competición de waterpolo, quisieron que en una  de semifinales, se enfrentaran los equipos de la URSS y Hungría, que por  hechos acaecidos, en Budapest, despertaron una enorme expectación, con un público encrespado,  y totalmente volcado  a favor de Hungría, que llenó totalmente el recinto.

 

Como  no era difícil vaticinar, el partido constituyó una muestra, de  lo que nunca tuvo que suceder. Los jugadores húngaros con el slogan que previamente divulgaron a los cuatro  vientos, revindicando que ellos jugaban este encuentro, no solo con siete jugadores, sino con  todo el pueblo  húngaro detrás de ellos, hicieron su efecto. Los golpes, empujones, insultos y todas las calamidades que  uno puede imaginarse, no cesaron en todo el encuentro.

 

El jugador húngaro de waterpolo Ervin Zádor, con la cara ensangrentada, por la agresión de un jugador ruso
El jugador húngaro de waterpolo Ervin Zádor, con la cara ensangrentada, por la agresión de un jugador ruso

Hungría  pronto se adueñó del partido y con el resultado de 4 a 0, a pocos minutos del final,  el jugador húngaro Ervin Zádor, recibió un fuerte puñetazo que le abrió una ceja, dejando un  reguero de sangre, que coloreó el agua de la piscina, por lo que tuvo que abandonar la piscina.

 

Este  incidente exaltó al público, saltando parte del mismo a la piscina,  a la vez que la policía invadía el recinto obligando a la gente a desalojar el mismo. Solo faltaba un  minuto para el final, pero el partido fue suspendido. En la final Hungriá ganó a Yugoslavia  por el tanteo de 2 a 1 con lo cual alcanzó la medalla de oro.

 

Hay  que señalar que tras finalizar los juegos, la mitad del centenar de  deportistas húngaros, no regresaron a su país por temor a posibles represalias, entre los cuales estaba el  legendario jugador de waterpolo, Derso Gyarmati, ganador del oro en los Juegos de 1952-1956  y 1964, además de la plata en los Juegos de 1948 y 1960, que emigró a los Estados Unidos, donde  se dedicó a la enseñanza del deporte náutico para  las jóvenes promociones americanas, entre los cuales  se encontrada un niño de 9 años, apellidado Mark Spitz.

 

ALAIN  MIMOUN ENCUENTRA SU MERECIDA MEDALLA DE ORO

Una decisión digna de resaltar, es la que intentó el francés Alain  Mimoun, posiblemente el mejor atleta de la historia de Francia, conocido como “la  sombra de Emil Zatopek” cuando con 37 años cumplidos, intentar por tercera y última vez,  ganar la gloria olímpica, que se le negó en anteriores juegos.

 

La llegada de Alain Mimoun como ganador del marathón
La llegada de Alain Mimoun como ganador del marathón

En  estos de Melbourne, después de una frustrante participación en los 5000 metros lisos,ante los mejores especialistas mundiales, donde tuvo una gris actuación, clasificándose en el undécimo lugar,  lo cual le dio motivos mas que suficientes, para entrar en una profunda desilusión, con la convicción  de que todas sus ilusiones, llegaron a un final sin retorno.

 

En  los días posteriores, no dándose por vencido y recuperada en parte su moral, ruega a los máximos responsables  de la delegación francesa, que hagan efectiva su inscripción, para poder participar en el marathón,  precisamente el último día de los juegos.

 

Ante esta inesperada  petición, algún directivo francés le respondió, si de verdad, no se había vuelto loco, por considerar  que era una locura, que sin ningún tipo de preparación, intentara correr los 42.192 de kilómetros de esta clásica  y dura prueba. Finalmente teniendo  en cuenta su impecable historial, no pudieron negarle esta última posibilidad,  por lo que decidieron aceptar su petición.

 

Esta  prueba disputada bajo una temperatura de 38º centígrados, fue un infierno para muchos atletas, que tuvieron  que abandonar por falta de fuerzas. Entre ellos se encontraba, el hombre que siempre le cerró las puertas  para subir a lo más alto de un podium olímpico. Se trataba ni más ni menos, del el mítico Emil Zatopek,  que también afectado por las condiciones climatológicas, llegó extenuado en sexta posición, mientras  Alain Mimoun, rompía la cinta de llegada, como ganador de esta agónica prueba.

 

Un poco decepcionado, estuvo durante la carrera un  poco escondido, a la expectativa de lo que podía pasar. Apenas bebió agua, según se dijo, no tomó ni una sola  gota en todo el recorrido, para desorientar a sus contrincantes, que al llegar al kilómetro 35, vieron estupefactos  como Alain Mimoun, cada vez de alejaba más de ellos, hasta romper esta cinta de  llegada, que llevaba aparejada esta ansiada medalla de oro que tanto deseaba.

 

Emil Zatopek, felicitando a Alain Mimoun, despues de su gran triumfo olímpico
Emil Zatopek, felicitando a Alain Mimoun, despues de su gran triumfo olímpico

Su  tiempo fue de 2h.25,00, seguido del yugoslavo Franco Mihalic con 2h.26,32,  completando el podium el finlandés Veikko Karvonen con 2h.27,47. Hay que mencionar  que Emil Zatopek, llegó completamente extenuado, en sexta posición con 2h.29,34, siendo esta su última participación atlética, pero dejando detrás suyo, un palmarés inigualable.

 

A  la inmensa alegría de Alaín Mimoun, se añadió  otra no menor, cuando le comunicaron al término de la prueba, que su esposa acabada de dar luz a su hija,  a la cual le pusieron el nombre de Olimpia, como recuerdo referente de los Juegos  Olímpicos.

 

Por lo visto esta vez el número 13  no era el de la mala suerte, dado que esta vez, al menos para él, podía considerarse como el de la buena suerte,  dado además de ganar su primera medalla de oro, nació en esta misma fecha su hija.

 

LA LAMENTABLE AUSENCIA DE ESPAÑA EN MELBOURNE

Como queda señalado, España no estuvo presente, como protesta  por la intervención armada soviética en Hungria, pero si estuvo presente en Estocolmocon motivo de las pruebas de hípica, que se disputaron entre los días 11 al 17 de junio,  donde el equipo formado, por López Quesada, Francisco Goyoaga y Carlos Figuerola, que alcanzaron  la sexta posición, en la prueba del "Gran Premio de las Naciones".

 

Como  queda explicado, mientras el país invadido Hungría, si  estuvo en Melbourne, con más de un centenar de deportistas, que alcanzaron una brillante actuación,  los deportistas españoles, tuvieron que quedarse en casa, leyendo las crónicas de lo que sucedía en  Australia, gracias a los medios de comunicación.

 

UNA BRILLANTE CEREMONIA DE CLAUSURA

Después de todos los hechos sucedidos en los Juegos, con todo tipo de discrepancias,  un joven adolescente australiano, John Wing  propuso, en un largo escrito dirigido  a los organizadores, que la Ceremonia de Clausura, consistiera en un desfile común de  todos los participantes, como si de un solo equipo se tratara, como símbolo de la unidad mundial de todos los  deportistas.

 

Esta propuesta fue aceptada de buen grado  por todos, y desde entonces en casi todos los acontecimiento olímpicos, se puede contemplar la repetición de  esta escena, de la cual posteriormente, en los Juegos de Barcelona en 1992, también  tuvo su repetición con una espectacular ceremonia de despedida, aún no igualada en estos siempre  brillantes eventos olímpicos.

 

Bajo las rumbas de Peret  y Los Manolos, y los sonidos de la inolvidable canción “amigos por  siempre” interpretada, magistralmente, por la soprano inglesa Sharah Brightman y el  tenor español José Carreras, fue un acto final que ha quedado grabado para siempre, en la memoria de todos los que tuvimos la suerte de estar presente.

 

LAS MEDALLAS OLÍMPICAS PARA LOS GANADORES

 

 

Campeones olímpicos
100 metros   lisos Bobby Morrow 10,5 EUA
200 metros   lisos Bobby Morrow 20,6 EUA
400 metros   lisos Charles Jenkins 46,7 EUA
800 metros   lisos Tom Courteney 1:47,7 EUA
1.500   metros lisos Ronald Delany 3:41,2 IRL
5.000   metros lisos Vladimir Kuts 13:39,6 URS
10.000   metros lisos Vladimir Kuts 28:45,6 URS
3.000   obstáculos Chris Braher 8:41,2 GBR
110 metros   vallas Lee Calhoun 13,5 EUA
400 metros   vallas Glen Davis 50,1 EUA
Marathón Alain Mimoun 2h.25:00,0 FRA
20 klm.   marcha Leonid Spirin 1h.31:27,4 URS
50 klm.   marcha Norman Read 4h.32:57,0 NZL
Salto   de altura Charles Dumas 2.12 EUA
Salto   de pértiga Bob Richards 4.56 EUA
Salto   de longitud Greg Bell 7.83 EUA
Triple   salto Adhemar Ferreira da Silva 16.35 BRA
Lanzamiento   de peso Parry   O’Brien 18.57 EUA
Lanzamiento   de disco Al Oerter 56.36 EUA
Lanzamiento   martillo Harold Connolly 63.19 EUA
Lanzamiento   jabalina Egil Danielsen 85.71 NOR
Decathlón Milton Campbell 7937 p. EUA
Relevos   4 x 100 EUA 39,5 EUA
Relevos   4 x 400 EUA 3:04,8 EUA
Campeonas olímpicas
100 metros   lisos Betty   Cuthbert 11,5 AUS
200 metros   lisos Betty Cuthbert 23,4 AUS
80 metros   vallas Shirley Strickland 10,7 AUS
Salto   de altura Mildred McDaniel 1.76 EUA
Salto   de longitud Elzbieta Krzesinska 6.35 POL
Lanzamiento   de peso Tamara Tyshkevich 16.59 URS
Lanzamiento   de disco Olga Fikotová 53.69 TCH
Lanzamiento   jabalina Inese Jaunzeme 53.86 URS
Relevos   4 x 100 Australia 44,5 AUS

 

Fuentes de información:

Archivos de la Asociación Española de Estadísticos de Atletismo  AEEA

Archivos de la Real Federación Española de Atletismo. RFEA

Documentación propia

Libros de la Internacional Athletic Foundation  IAAF

Traducciones por Anna Martí.

Búsqueda por Internet

 

Octubre de 2011