LOS IX JUEGOS OLÍMPICOS DE ÁMSTERDAM DE 1928

 

EL LEGADO DE ALICE MILLIAT

 

Estos Juegos de Ámsterdam, serán recordados siempre, como el triunfo definitivo de las mujeres, en su lucha por alcanzar la gloría de su credibilidad atlética. Su anhelado sueño, de subir a un podium olímpico, fue una realidad  en esta inolvidable olimpiada, recordando a la vez, que este era solo el primer paso, de lo mucho y bueno, que aún les quedaba por recorrer.

 

Es a partir de este momento, cuando la simiente sembrada, por la inolvidable  Alice Milliat, gran líder y  artífice principal de sus reivindicaciones, empieza a germinar poniendo fin, a la injusticia más grande de la historia de nuestro atletismo femenino.

 

No solo tuvo que luchar, con Pierre de Coubertin y su sucesor, el belga Henri de Baillet-Latour, sino incluso con el mismo Papa Pio XI, que criticó las evoluciones, inhumanas según él, de las mujeres en  pruebas superiores a los 200 metros, pero Alice siguió hacía delante hasta lograr este objetivo.

 

Esta etapa se recordará, como se a dicho infinidad de veces, como la más vergonzosa de nuestra historia atlética, donde no solo se intentó sumergir a nuestras atletas, en el pozo más profundo de la denigración y el olvido, sino incluso, con las frases más injuriosas y vejatorias que una deportista puede escuchar, provinentes tanto de los medios de comunicación, como de algunos de los rancios entornos sociales, de aquella época.

 

(Entrar en el índice general de Noticias de esta web, de fecha 14 -11-2006, para conocer en su detalle, todas las vicisitudes, que tuvieron que  sufrir en aquella época).

 

                                                 LOS JUEGOS QUE MODERNIZAN EL OLIMPISMO

Henri Baillet-Latour
Henri Baillet-Latour

Holanda, que intentaba por tercera vez, ser sede de unos Juegos Olímpicos, tuvo que hacer un gran esfuerzo, tanto gubernamental como económico, dado que las secuelas de la pasada contienda bélica, todavía eran patentes en todas las esferas del país. Los holandeses que siempre han tenido fama de buenos negociadores, supieron resolver de forma positiva esta difícil situación, ofreciendo al mundo unos Juegos, que siempre serán recordados, como uno de los mejores de esta primera mitad del Siglo XX.

 

Evidentemente, toda la ciudadanía colaboró dentro de sus posibilidades, para que este proyecto tuviera un recuerdo inolvidable, cuando en el futuro se hablara, de que en los Juegos de Ámsterdam-1928,  fue donde comenzó y se consolidó, el atletismo olímpico femenino, después de muchos años de lucha, para alcanzar este anhelado deseo.

 

No hay duda, que después de las perfectas organizaciones, de los Juegos de Estocolmo en 1912, Amberes en 1920 y París en el 1924, el listón para la capital holandesa, estaba situado bastante alto, pero como queda dicho, el éxito superó todas las previsiones. Se tiene que conocer que además de las precariedades económicas, también existía las divergencias entre el COI y los organizadores, por el controvertido tema de la participación femenina. 

 

El solemne momento del primer juramento de los deportistas, en unos Juegos Olímpicos, a cargo del belga Victor Bouin

El solemne momento del primer juramento de los deportistas, en unos Juegos Olímpicos, a cargo del belga Victor Bouin

 

Por primera vez el desfile inaugural, de los equipos participantes, estaba encabezado por la delegación de Grecia, reconocida como la cuna del olimpismo y sede de los primeros Juegos de la Era Moderna en Atenas de 1896. En último lugar y cerrando la presentación de los equipos, lo realizó el país organizador, como viene siendo habitual, desde entonces, en todas las citas olímpicas. 

 

Igualmente por primera vez se efectuó, el encendido del pebetero, con la llama encendida en el Valle de Olimpia, y transportada por relevos hasta el estadio, donde permaneció viva, durante todo el curso de los Juegos.

 

Así mismo Ámsterdam fue el escenario, donde por primera vez se realizó el juramento de los atletas, cuyo honor recayó en la persona del  deportista belga, Víctor Boin, un destacado especialista en esgrima y water-polo, rodeado por todos los abanderados de los países participantes.

 

Hay que hacer constar, que después de más de 16 años de ausencia, debido al estadillo de la Primera Guerra Mundial, las delegaciones de Austria y Alemania, presuntamente consideradas, como parte culpable de este triste episodio, fueron invitadas a participar, en un gesto de buena voluntad y señal de paz,. Esta decisión fue muy aplaudida, por parte de toda la familia olímpica, más preocupada por preservar los valores olímpicos, que no airear temas ajenos al deporte.

 

Esta fue una de las últimas decisiones del recuperador de los Juegos, el francés Pierre de Fredy, Barón de Coubertín, ausente en estos eventos, debido a una enfermedad, pero ya sustituido, en su momento, por Henri de Baillet-Latour.

 

No estará de más decir que Alemania, supo aprovechar muy positivamente esta invitación, alcanzando 31 medallas, de las cuales 10 fueron de oro. La delegación germana fue segunda, detrás de EUA, máximo ganador de galardones, en estos Juegos.

 

EL ATLETISMO FEMENINO EN SUS PRIMEROS JUEGOS

 

La americana Elizabet Robinson, primera ampeona olímpica de la historia

La americana Elizabet Robinson, primera ampeona olímpica de la historia

La  gran signatura pendiente del movimiento olímpico, que nadie quería afrontar, era aceptar de una vez por todas, la presencia de las mujeres, compitiendo en unos Juegos, simultáneamente con los hombres, a lo cual se negaba a reconocer, el propio Comité Olímpico Internacional.

Pero dada la gran presión recibida, de todos los estamentos deportivos y sociales, el CIO no tuvo más remedio que claudicar, aceptando incluir en el programar olímpico, cinco pruebas para las mujeres, como un indicio de buena voluntad, pero sin el convencimiento, de lo que realmente pensaban.

 

Estas pruebas fueron, los 100 metros lisos, salto de altura, lanzamiento de disco y relevos de 4 X 100, siendo todas ellas aceptadas de buen grado, cosa que no sucedió con los 800 metros.

 

La decisión final, de programar una prueba gran esfuerzo, para las mujeres, tuvo una cierta polémica entre el CIO y los organizadores, dado que entre unos y otros, no existía un consenso mayoritario, para reconocerla como prueba olímpica.

 

Conocedores de estas dudas, el clamor general reclamando esta prueba de resistencia  femenina, fue aumentando de forma constante, hasta conseguir este esperado objetivo, pero con la advertencia previa, de la Federación Internacional, de que esta prueba atentaba seriamente a la salud de las atletas.

 

LA  PRUEBA MAS POLEMICA DE LA HISTORIA OLIMPICA FEMENINA

La primera prueba olímpica de 800 metros, en los Juegos de Ámsterdam de 1928, a su paso por los primeros 400 metros, con Lina Radke-Batschauer (762) ganadora del oro, junto a la mítica japonesa Kinue Hitomi, medalla de plata a su derecha

La primera prueba olímpica de 800 metros, en los Juegos de Ámsterdam de 1928, a su paso por los primeros 400 metros, con Lina Radke-Batschauer (762) ganadora del oro, junto a la mítica japonesa Kinue Hitomi, medalla de plata a su derecha

 

La presencia de once participantes, no todas eran especialistas de esta distancia, procedentes de varias nacionalidades, fue en cierta forma, como un “Boomerang” para ellas, y un sedante para la IAAF, dado que efectivamente, la llegada de esta prueba, fue muy dramática, con las atleta extenuadas, tendidas en el suelo, precisando del auxilio de los servicios sanitarios, para ayudarlas en su recuperación.

 

Esta escena que nunca debió suceder, cayó como agua bendita, para los oportunistas de turno, para echar aún más leña al fuego, en este controvertido tema de la paridad de género.

 

Al día siguiente, un acreditado periodista, cuyo nombre no vale la pena mencionar, supo sacar fruto de esta imagen, con un contundente comentario, cuyo titular decía,  “Ayer, allí abajo corrieron 11 desgraciadas mujeres, cinco de las cuales abandonaron antes del final y otras cinco se desmayaron tan pronto cruzaron la meta”.

 

La medalla  de oro de esta comentada y controvertida, prueba, fue para la alemana Lina Radke-Batschauer, ganadora con una marca de 2:16,4/5  homologada y reconocida oficialmente, como primera plusmarca olímpica y mundial.

 

No obstante este reconocimiento oficial, la desorientación que estas escenas produjo, entre los técnicos atléticos y parte de la opinión pública, fue tan grande, que el propio presidente del CIO, Henri de Baillet-Latour, tomo la decisión de suspender inmediatamente, cualquier prueba superior a los dos hectómetros, por lo que se tuvo que esperar 32 años, para poder contemplar las evoluciones olímpicas femeninas.

 

Este afortunado día, llegó con motivo de los Juegos de Roma de 1960,  donde la casta de las mujeres, volvió a demostrar de lo que eran capaces de realizar, sobre distancias superiores, como eran  las programadas en la capital italiana. A partir de este instante, ellas, no cesaron en su lucha, para conseguir su objetivo, que no era otro, igual que los hombres, de poder alcanzar su oficialidad, en todas las pruebas olímpicas, incluyendo el maratón.

 

No estará de más decir, rebobinando en la memoria, que la marca de Lina Radke-Batschauer, se mantuvo inamovible, durante 16 años, siendo la sueca Anna Andersson, quien después de rebajarla, en tres anteriores ocasiones, la fijó finalmente, en un tope de 2:13,8 logrado en Estocolmo, el día 30 de agosto de 1945.

 

LAS  OTRAS CAMPEONAS  OLIMPICAS DE ÁMSTERDAN

En estos Juegos hubieron  otras grandes campeonas, como la polaca Halina Konopacka, ganadora de la prueba del disco, alcanzando una distancia de 39.62 metros. Esta atleta gozaba de un merecido prestigio en Polonia, donde era considerada como una de las atletas más completas, y el ejemplo a seguir para las nuevas promociones femeninas.

 

Otra destacada ganadora, fue la canadiense, Ethel Catherwood, una atleta muy versátil en varias disciplinas, que en esta ocasión, ganó la Medalla de Oro, en salto de altura, con una  marca de 1.59 metros, ejecutando una técnica muy habitual en aquellos tiempos. El conocido salto con el  estilo de “tijeras”.

 

Igualmente por primera vez, los relevos tuvieron su presencia en un evento olímpico, con la victoria  del equipo de Canadá en  4x100, donde el cuarteto formado Fanny Rosenfeld, Ethel Smith, Florence Bell, Myrtle Cook, se llevaron hacía su país, la Medalla de Oro, con el tiempo de 48,2/5, que superaba su propio récord olímpico, establecido un día antes, en estas mismas pistas, con una marca de 49,3 seg.

 

                        La canadiense, Ethel Catherwood La polaca Halina Konopacka

                       La canadiense, Ethel Catherwood

La polaca Halina Konopacka

 

CURIOSIDADES Y ANÉCDOTAS OLÍMPICAS

La pista de atletismo y escenario de todo el Ceremonial de los Juegos, fue inaugurada tan solo 48 horas después, de finalizar las obras, no pudiéndose hacer lo mismo, con la pista de calentamiento, por lo cual cada deportista lo realizaba donde podía.

 

Hay que señalar, que además de la lentitud de las obras, por los problemas económicos, los organizadores quisieron construir, paralelamente con la pista de ceniza, un velódromo con piso de cemento, donde se realizarían las competiciones ciclismo. Este estaría situado, exactamente, entre la pista de atletismo y las gradas. del estadio.

 

Como casi siempre sucede en todas las olimpiadas, en estas también hubieron sus cosas curiosa y anecdótica, siendo quizás una de las más destacadas, el ver subir al podium de ganadores por primera vez, a un miembro de la realeza europea, en la persona de Olaf V de Noruega, para recoger la Medalla de Oro, como ganador de la especialidad de vela, éxito que compartió, con los otros seis componentes de la tripulación.

 

En la prueba más clásica y emblemática de todo el programa olímpico, como reconoce al maratón, el vencedor de esta prueba, fue el francés de origen argelino, Mohamed Boughera El Quafi , obrero de una conocida fábrica de automóviles de Francia, que se impuso sin demasiada dificultad, con un tiempo de 2h. 32, 57, ante el chileno Manuel Plaza, en principio suplente, pero sorpresivo ganador de la Medalla de Plata, primera  en la historia olímpica del atletismo chileno.

 

Cómo ya sucedió con algunos otros campeones del pasado, M.Boughera que fue el único francés a ganar una medalla olímpica, tuvo que volver a su país de origen Argel, sumido en la más profunda miseria, con la fatalidad añadida de morir a los 60 años de edad, cuando una bala perdida impacto en su cuerpo, mientras tomaba un café, en una terraza de su ciudad natal.

 

Mohamed  Boughera el Quafi
Mohamed  Boughera el Quafi

Siguiendo con las anécdotas acaecidas en esta olimpiada, se tiene que mencionar al deportista más joven de todos los participantes, que correspondió esta vez, a una niña italiana, Luigina Giavotti,  de tan solo 11 años y pocos meses de edad, la cual conquista la Medalla de Plata en la especialidad de gimnasia.

 

En el torneo de fútbol Uruguay, conquisto por segunda vez consecutiva, el oro olímpico, al ganar en la final al equipo de Argentina, por el resultado de 2 goles a 1.

 

También en lo que se refiere a la Villa Olímpica, esta tuvo su incidencia anecdótica.  Siempre supeditados por el déficit económico, los organizadores decidieron habilitar unos cuarteles militares, como alojamiento de todos los participantes, por lo cual facilitaron a todos ellos un saco de dormir.

 

Consideraron que esta decisión facilitaría que todos los deportistas, estuvieran más cerca unos de otros, sin discriminación de razas, credos, ni tendencias políticas, con lo cual  también se reforzaban los valores olímpicos. De aquí nació la idea de habilitar en el futuro las Villas Olímpicas, que todos conocemos.

 

Sobre este, entonces particular detalle, hay que decir que el equipo norteamericano, prefirió pernoctar en tres buques de guerra, de la armada de EE.UU. anclados en el puerto, cuyo comandante era, el más tarde conocido y famoso General Douglas Mac Arthur, el héroe de la Batalla del Pacífico, de la Segunda Guerra Mundial.

 

Pero las incomodidades y el ajetreo continuo que se registraba en este puerto, provocó que la delegación americana, se viera obligada abandonar los buques y  buscar otro nuevo alojamiento, en un lugar más alejado y tranquilo fuera del mencionado puerto. 

 

Otro hecho curioso, lo protagonizó, la nadadora alemana  Hilde Schrader, cuando al sonar la señal de partida, para la prueba de 200 metros braza, se le rompió el bañador, dejando un pecho a la vista de todos. Fue tanta la vergüenza que sufrió, que quiso salir lo más pronto posible de la piscina, por lo que no tuvo más remedio, que nadar más rápido nadie, lo que quizás le valió, como un plus añadido, para llegar la primera, y ganar la Medalla de oro.

 

UN ARISTÓCRATA CAMPEON OLIMPICO

 

Siguiendo con las curiosidades de estos Juegos, de los cuales salió la inspiración, para la filmación de la película “Carros de Fuego”, mencionaremos a uno de los personajes más excéntricos, y emblemáticos, en la persona del atleta  británico David George Burghley, heredero del Marques de Exeter, ganador de la Medalla de Oro, en la prueba de los 400 m.vallas.

 

Sucedió en el claustro interior del Trinity Colletge, en Cambridge, en el año 1927, cuando por una apuesta, este futuro medalla de oro, fue el que más metros realizó, dando vueltas al patio mayor del colegio, durante el espacio de tiempo, que tardaban en sonar las 12 campanas del medio día, en el reloj situado en una las torres del edificio.

 

La anécdota viene  dada, cuando esta gesta fue atribuida a otro  atleta, en la mencionada película “Carros de Fuego”, el también inglés de origen irlandés, Harold Abrahams, por lo cual Lord Burghley, ya en una avanzada edad, se negó asistir al estreno y proyección, de la mencionada película.

Final de 400 m vallas con David G. Burghley al centro
Final de 400 m vallas con David G. Burghley al centro

Otro curioso detalle de este  atleta, fue el hecho de tardar 57 segundos,  vestido con indumentaria de calle, en dar la vuelta completa al puente de  cubierta del trasatlántico Queen Mary, que también  tenía, este peculiar ránking, al alcance de todos los pasajeros que  desearan acceder a él.

Así mismo, se le recuerda como el primer atleta, en poner cajas de cerillas encima de las vallas, para   intentar tirarlas al suelo, con la pierna de ataque, sin tocar las vallas.

 

Una vez retirado del atletismo, e investido como Lord, David George Burghley, presidió durante 40 años la “Asociación de Atletismo Británico Amateur” conocida más tarde, como la IAAF, a la cual dirigió, durante unos años.

OTRAS DESTACADAS ACTUACIONES OLIMPICAS

En estos Juegos de Ámsterdam, volvieron a resurgir y hacer patente su superioridad en pruebas de medio fondo y fondo, los famosos “finlandeses voladores”, repitiendo sus victorias de anteriores olimpiadas, en las competiciones de medio fondo, fondo y maratón, además de los 3000 metros obstáculos y el  decatlón.

 

Gracias a ello, Finlandia fue la nación más laureada, detrás de EE.UU. al conseguir un total de 5 medallas de oro, mientras los americanos alcanzaban otro total, de 8 medallas, también doradas, en el transcurso de las pruebas atléticas.

 

Siguiendo con las medallas a los ganadores, el egipcio Ibrahim Moustafá, tuvo el honor, de ser el primer atleta no europeo, en ganar la prueba de lucha grecorromana, un hecho increíble en aquellos años.

 

Así mismo por parte del continente asiático, se alcanzó por primera vez, las medallas de oro, a cargo del japonés Mikio Oda, ganador en triple salto y del nadador Yoshiyuki Tsuruta, en 200 metros braza.

 

Otro triunfo, el primero de los seis consecutivos, que alcanzaría en posteriores Juegos Olímpicos,  fue el logrado por el equipo de la India, en jockey sobre tierra., donde ejerció un dominio absoluto durante muchos años.

 

En estos juegos, la diversificación de medallas a los ganadores olímpicos, fue un completo éxito. Entre un total de 28 naciones, al menos una de ellas ganaría una medalla. Esta gesta global de medallistas, no se superó hasta transcurrir, más de 40 años.

 

LOS ULTIMOS REFERENTES OLIMPICOS

De Ámsterdam, siempre se recordará, que fue el escenario, donde se contemplaron por última vez, las actuaciones olímpicas, de los dos deportistas más míticos de la historia. Paavo Nurmi, en atletismo y Johnny Weissmuller, en natación, los cuales repitieron sus medallas de oro, como en anteriores olimpiadas.

 

Para el nadador americano, esta fue su última, actuación, antes de verse inmerso en el cine como actor, encarnando al famoso “Tarzán”, en varias de películas, de gran éxito taquillero.

 

Por su lado Paavo Nurmi, ganador de 9 mellas olímpicas, como queda señalado, se tiene que decir, que cuando pretendía participar en Los Angeles de 1932, se le prohibió tomar parte, acusado de haber percibido dinero, por el concepto de desplazamientos, dado que esta compensación económica, vulneraba el “status”amateur, aplicable a cualquier deportista olímpico.

 

LA  PARTICIPACIÓN DE LA DELEGACIÓN ESPAÑOLA

La participación española, tuvo como abanderado en el desfile inaugural, al atleta madrileño-guipuzcoano Diego Ordoñez , plusmarquista español en velocidad, y presente en las dos anteriores olimpiadas, una vez finalizada  la Primera Guerra Mundial. El equipo español estuvo compuesto por 80 deportistas, entre ellos 10 atletas, los cuales participaron en un total de 10 disciplinas.

 

En lo que hace referencia a nuestro atletismo, nuestros atletas tuvieron una discreta actuación, siendo eliminados a las primeras de cambio. La nota más destacada, dentro de esta precariedad, estuvo en la final directa, de los 10.000 metros lisos, donde Arturo Peña, alcanzó el decimotercero lugar, con un tiempo de 32:26,6. En los demás deportes, las actuaciones fueron de un tono medio muy discreto. 

 

      MEDALLA DE ORO PARA LOS JINETES ESPAÑOLES

                         El equipo de España,  Medalla de Oro en la prueba hípica, de saltos por equipos
                  El equipo de España,  Medalla de Oro en la prueba hípica, de saltos por equipos

 

La única medalla para la delegación española, se consiguió en la prueba de hípica, en saltos por equipos, donde  nuestros jinetes,  todos ellos capitanes de caballería, José Alvarez, Julio García y José Navarro, proporcionaron a nuestro país, la alegría de ganar el Oro Olímpico, dejando constancia de las muchas posibilidades que tenía nuestra hípica, para futuros eventos olímpicos.

 

Campeones olímpicos
100 metros   lisos Percy   Williams 10.8 CAN
200 metros   lisos. Percy Williams 21,8 CAN
400 metros   lisos Raymond Barbuti 47,8 EUA
800 metros   lisos Douglas Lowe 1:51.8 GBR
1500 metros   lisos Harry Larva 3:53,2 FIN
5000 metros   lisos Ville Ritola 14:38,0 FIN
10000   metros lisos Paavo Nurmi 30:18,8 FIN
Maratón M. Boughera el Quafi 2h.32,57 FRA
110 m.   vallas Sydney Atkinson 14,8 RSA
400 m.   vallas David Burghley 53,4 GBR
3000 m.   obstáculos Torvo Loukola 9:21,8 FIN
Salto   de altura Robert King 1.94 EUA
Salto   de pértiga Sabin W. Barnes 4.20 EUA
Salto   de longitud Edward Hamm 7.73 EUA
Triple   salto Mikio Oda 15.21 JPN
Lanzamiento   de peso John Kuck 15.87 EUA
Lanzamiento  de d isco Clarence Niklander 47.32 EUA
Lanzamiento   de  martillo Patrick O’Callaghan 51.39 IRL
Lanzamiento   de jabalina Erik Lundkvist 66.60 SWE
Decatlón Paavo Yrjölä 8.053 p. FIN
Relevos   4 X 100 Equipo de EE.UU. 41,2 EUA
Revelos   4 x 400 Equipo de EE.UU. 3:14,2 EUA
Campeonas olímpicas
100 metros   lisos Elizabet Robinson 12,2 EUA
800 metros   lisos Lina Radke- Batschauer 2:18,8 GER
Salto   de altura Ethel Catherwood 1.59 CAN
Lanzamiento   de disco Halina Konopacka 39.62 POL
Relevos   4 x 100 Equipo de Canadá 48,1 CAN

 

        LA MEDALLA PARA LOS GANADORES OLÍMPICOS

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Fuentes de información:

Archivos de la RFEA

Libros de la Internacional Athletic Foundation

Archivos de la Asociación Española de Estadísticos de Atletismo (AEEA)

Búsqueda por Internet

Traducciones por Anna Martí.

Libros de la European Athletics

Archivos de la AEEA

Documentación propia

 

Febrero de 2011